(Pennsylvania, 1913 - Nueva York, 2001) Periodista norteamericano. Como director del influyente periódico estadounidense The New York Times, sus agresivos editoriales de opinión marcaron una época y una manera de enfrentarse, desde el periodismo, a los problemas de un país.
John era hijo de Bertie Gans Ochs y de George Washington Ochs, miembros de una prestigiosa familia periodística oriunda de Alemania que poseía en propiedad el Times neoyorquino. Como medida de precaución ante la germanofobia generalizada posterior a la Primera Guerra Mundial, George Ochs americanizó el apellido de sus descendientes en "Oakes", aunque no toda la extensa rama familiar adoptó la misma medida.
Por lo que respecta al joven John, después de cursar con éxito los estudios secundarios, se enroló en la elitista universidad de Princeton, graduándose en Periodismo como número uno de su promoción en 1935. En los dos años siguientes realizó estudios de posgrado en Europa, concretamente en las universidades de Dijon (Francia) y Oxford (Inglaterra).
En 1937 halló su primer empleo como periodista: uno de los máximos rivales del rotativo familiar, el Washington Post, le contrató como corresponsal en la Europa previa a la Segunda Guerra Mundial. Esta decisión fue la primera rebeldía de John Oakes contra el excesivo conservadurismo de su familia, que se oponía a su mentalidad, algo más abierta y liberal.
En 1941, John Oakes se alistó en el Ejército norteamericano para combatir en la grave conflagración, si bien encontró acomodo en un destino ciertamente apto para sus habilidades: comandante de una unidad de contraespionaje de la OSS (Oficina de Servicios Secretos), el embrión de lo que, después de 1945, se convertiría en la Agencia Central de Inteligencia norteamericana, la famosa CIA.
Finalizada la guerra, John Oakes fue contratado como periodista a sueldo por el New York Times, donde ocupó diversos puestos hasta que en 1961 llegó a la dirección del mismo. Desde esa posición de privilegio, Oakes dio un giro radical a la percepción habitualmente pasiva de la opinión de los medios de comunicación sobre cualquier asunto relacionado con el gobierno, no dudando en criticar duramente asuntos como la Guerra de Vietnam, el caso Watergate, la lucha por los derechos civiles de la población afroamericana o la revolución sexual de los años 60.
A través de su finísima y aguda pluma, las críticas hacia el gobierno fueron realmente duras, en especial la campaña en contra de la Guerra de Vietnam y, sobre todo, los ataques al presidente Richard Nixon por el escándalo Watergate: el Times, a través de los furibundos editoriales de Oakes, fue el primer medio en solicitar la dimisión del presidente.
Esta línea editorialista propugnada por Oakes despertó serios recelos en el seno de la familia Ochs, propietaria del medio; pero el caso es que las ventas del periódico aumentaron espectacularmente, convirtiéndose en el medio de comunicación favorito del norteamericano medio. Gracias a Oakes, el prestigio del Times acabó por convertirle en el periódico con mayor aceptación de todo Estados Unidos.
En 1971, Oakes fue relevado de la dirección del Times y sustituido por su primo, Arthur Ochs Sulzberger, aunque continuó como responsable de los editoriales. En los años subsiguientes, el enfrentamiento entre ambos fue durísimo, pues Arthur consideraba que los editoriales de John dañaban los intereses comerciales no ya del diario, sino del propio país. Durante los finales años setenta, John Oakes centró sus críticas en la defensa del medio ambiente y no dudó en señalar los desastres e incapacidades ecológicas de grandes empresas norteamericanas.
En 1976, Arthur apartó a John también de las secciones de editorial y de opinión, lo que conllevó un duro golpe para su primo, al que sólo le quedaban dos años para jubilarse. Una vez jubilado en 1978, se centró en su labor al frente del Natural Resources Defense Council (Consejo para la Defensa de las Fuentes de Energía Naturales), una de las más destacadas asociaciones ecologistas de Estados Unidos, de la cual él mismo había sido uno de los fundadores. No abandonó del todo el periodismo, pues todavía continuó escribiendo, en el Times y en otros medios, diversos artículos de opinión en los que puso toda su sabiduría para defender, principalmente, causas ecologistas.
En 1994, el Consejo para la Defensa de las Fuentes de Energía Naturales instauró el premio "John B. Oakes", prestigioso galardón periodístico que premiaba a los autores de investigaciones periodísticas relacionadas con la ecología. A partir de 1995, la salud de John Oakes sufrió serios quebrantos, por lo que los últimos años de su vida los pasó prácticamente recluido en su casa neoyorquina. John Oakes falleció el 5 de abril de 2001 en el Hospital Central de la ciudad de los rascacielos, aquejado de una embolia.
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